"Mi corazón es débil y poco fiable. Cuando me muera, será del corazón.
Procuro castigarlo lo
menos posible.
Si presiento que algo ha de afectarlo, lo desvío hacia otro sitio.
El vientre, por
ejemplo, o los pulmones, que pueden colapsarse un momento, pero siempre vuelven a tomar
aliento.
Las pequeñas humillaciones cotidianas, por ejemplo, si al pasar por delante de un espejo
me veo la cara de improviso, o estando en la parada del autobús unos chavales se acercan por
detrás y dicen «¿No hueles a mierda?», suelo encajarlas con el hígado.
Otros ataques los dirijo
hacia distintos puntos.
El páncreas lo reservo para la nostalgia de todo lo perdido. Es verdad que
es un órgano muy pequeño para tantas cosas.
Te sorprendería lo mucho que puede aguantar,
lo único que siento es un dolor agudo, pero pasa enseguida.
Decepción que provoco en mí mismo: riñón derecho.
Decepción que provoco en los demás: riñón izquierdo.
Decepción que provoco en los demás: riñón izquierdo.
No pretendo haber hecho de eso una ciencia.
Tan bien
estudiado no lo tengo*.
Tomo las cosas como vienen.
Es sólo que he observado cierta pauta.
El día
en que se atrasan los relojes y oscurece antes de lo que yo esperaba, eso, por razones que no
puedo explicarme, lo noto en las muñecas.
Y cuando me despierto con los dedos yertos, es casi
seguro que estaba soñando con mi niñez.
He de ponerlos bajo el chorro del agua
caliente, el vapor empaña el espejo, fuera hay revuelo de palomas.
Ayer vi a un hombre dar un
puntapié a un perro, y lo sentí detrás de los ojos. No sé cómo llamarlo. Es el sitio que está antes
de las lágrimas.
El dolor del olvido: las vértebras.
El dolor del recuerdo: las vértebras.
Todas las
veces en que, de pronto, me doy cuenta de que mis padres han muerto, porque aun hoy me
sorprende estar en este mundo cuando lo que me creó ha dejado de existir: las rodillas, y necesito
medio tubo de linimento y muchos sudores sólo para doblarlas. Cada cosa tiene su momento, y
cada vez que, al despertar, he caído en el error de creer por un momento que a mi lado dormía
alguien: una hemorroide".
La soledad: no hay órgano que pueda asimilarla toda.
*El Doctor Hammer realizó un gran trabajo de investigación relacionando las capas embrionarias, el cerebro y los órganos afectados.
Fuente imagen: Pinterest
Fuente texto: The original book